Hay muchos tipos de manzanas y yo prefiero las verdes, ¿porque? por su sabor y su sonido.
Su sabor no es el típico de la fruta, dulce y meloso, sino que tiene algo especial. Aunque la comparación es horrible, me recuerda a los Peta Zetas ¿sabéis que son los peta zetas? ¿cómo que no? Eso es cultura básica de niño de la generación del 77. Morder una manzana verde es como echarse al coleto una bocanada de Peta Zetas, toda la boca explota y hasta un par de lágrimas salen de expedición. Es una sensación excitante para las papilas gustativas.
Su sonido es progresivo, como empezar una canción con un piano de pared hasta que poco a poco un jazzbass entra tímidamente con un par de rods en una caja de metal de 7.5'' y justo cuando casi no se oyen, una ES-335 lo rompe todo, haciendo renacer esa canción de nuevo.
¿Con todo esto a donde quiero ir a parar? Si te soy sincero, yo tampoco lo tengo claro, pero hace una par de noches, me enseñó una cesta de manzanas verdes. - ¿Que quieres enseñarme con esto?-pregunté, pero no me dijo nada. Lo he pensado, sigo dándole vueltas y creo que empiezo a vislumbrar algo.
Algo nuevo está sucendiendo, algo tremendamente excitante para todos, algo que quizás cambie la monotonía de nuestros "paladares", algo que irá paso a paso, hasta que el día se haga perfecto y el sol brille en lo más alto, alumbrando nuestros corazones.
A la séptima vez el criado dijo:
Veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar
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